Te miro desde la Luz de tu Faro
En Homenaje al amor de Sara y Óscar
Era inapetente la soledad,
pero él se la comía
con un mendrugo de pan si le era necesario,
y se tomaba el agua por acantilados.
Ella, nadaba en sus labios desafiando toda tempestad,
y a veces los mordía - cuando se ahogaba en su sed-.
Él besaba su esencia, para sentir el aliento moreno del amor
en su pelo,
y su mirada verde maduraba en sus ojos de castaña,
luego se resbalaba en sus rizos como tobogán al cielo de su ombligo
y hacían una fiesta de su Eterna Tristeza, nunca más feliz.
...y comulgaron sus cuerpos y su sangre.
Él se convirtió en Faro, cuando ella se hizo luz.