Navegando una hora al sur de Amantaní, hallamos otra Isla: Taquile. Taquile tiene una forma alargada, que vista desde arriba, toma el perfil de un lagarto. Para llegar a la plaza principal, ascendimos por un largo camino de piedra aparentemente tallada, con algunos trechos empinados. En el recorrido, se puede observar hermosos paisajes adornados por árboles frondosos que enmarcan la quietud del lago y el canto del viento pareciera arrullar a las plantas que envuelven los muros laterales del camino. El peregrinaje, duró cerca de una hora.
Poco antes de llegar a la plaza, se empiezan a divisar flores rojas, de forma alargada: la flor de la Cantuta, que es la flor nacional del Perú, y que en Taquile crece por doquier.
Las casas, conservan todas la misma estructura, de adobe y quincha con calaminas en el techo. Aquí también encontramos paneles solares, encargados de entregar luz eléctrica a los habitantes. El agua es el recurso más valorado y el más escaso, puesto que para conseguirla, ésta debe ser traída desde el puerto, por el largo y escarpado camino, a pie.
En Taquile crece una planta que es muy especial para los habitantes: la muña, es característico tomar una ramita de esta planta reposada en agua caliente, tiene un aroma y un sabor exquisitos, y es un excelente remedio para los problemas que el frío pueda ocasionar. Debido a que esta planta crece por toda la Isla, no se puede encontrar ninguna mascota en todo el territorio, que pudiese ensuciarla.
La semana del 28 de Julio, día de la Independencia del Perú, es la semana de la cultura taquileña, cada día de esta semana un grupo de pobladores festeja con danzas y atuendos típicos hasta las 4 de la tarde. La música es tocada por los mismos danzarines, en instrumentos nativos (quenas, zampoñas y bombos). Ningún danzarín puede bailar dos días durante la semana, y quien elige a los que van a bailar, son las autoridades del pueblo, que son los pobladores de edad más avanzada.
En Taquile, aún se conserva el machismo. La mujer camina siempre atrás del hombre, y no puede ser elegida como autoridad. La vestimenta de las mujeres es un jersey (que en Perú se le llama chompa) de cualquier color, excepto el rojo que es el distintivo de las esposas de las autoridades, una pollera negra generalmente, una faja tejida en telar y un foulard negro sin adornos. El hombre lleva una indumentaria curiosa, puesto que portan en la cabeza una especie de gorros tejidos, si el gorro es rojo por completo, es señal de que este hombre es casado, en el caso de los solteros, visten un gorro bicolor, la mitad roja y la otra mitad blanca. Otra singularidad de los hombres casados, es que llevan puesto un bolso tejido, al que le llaman chuspa, en donde guardan la coca (Unas hojas verdes que mastican o chacchan todo el tiempo). El saludo habitual entre hombres es intercambiar coca, ellos consideran una falta de respeto recibir la coca directamente en la mano, así que los hombres casados la reciben en sus chuspas, mientras que los solteros la reciben en sus gorros. Además llevan un pantalón negro, un chaleco negro también, y una camisa blanca de mangas largas. Todos en los pies visten sandalias de jebe negro, llamadas ojotas.
Se distingue la posición social de los taquileños, por el ancho y la delicadeza de los bordados de sus fajas, que a la venta pueden conseguirse desde $50 hasta $150 aproximadamente. Los matrimonios son convenidos de acuerdo a la posición social, habitualmente.
El almuerzo típico es una sopa de quinua con trozos de pan de trigo, trucha a la plancha con papas fritas y una ensalada picante; el pescado lo sirven en un plato de barro en forma de pez. Todos los restaurantes que se encuentran allí, tienen vista al lago de aguas cristalinas y mansas, el cielo que parece conversar con él, es de un celeste intenso y despejado.
En las noches de luna llena, luego de la oscuridad total, se aprecia el resplandor naranja de la luna que nace desde el lago, formando un cáliz que adopta la apariencia de una flor de fuego emergiendo de las aguas, luego, el cielo deja ver un manto de estrellas que pareciera tejido en las pushcas en las que las mujeres hilan la lana de oveja todo el tiempo.
Al día siguiente, en la mañana, visitamos las ruinas, un templo poco conocido, donde hay torres de piedra truncadas usadas antes como tumbas.
El nombre de la Isla, proviene de Rodrigo de Taquile, dueño de la Isla por una herencia del emperador Carlos V, pero que finalmente fue expropiado de esas tierras en una rebelión de los pobladores.
Para regresar a Puno, hay que llegar al puerto, esta vez elegimos el camino de las escaleras, por donde hay que bajar cerca de 580 gradas. Durante el descenso, el camino está adornado con arcos de piedra labrada sobrepuesta con vista al lago. Finalmente llegamos al puerto y emprendemos el viaje de regreso.
1 Estrellas iluminaron mi claro:
Te vas a convertir en una antropóloga o historiadora de las costumbres de Perú. Me ha gustado que usaras la palabra "foulard", por algo que tú ya sabes. Tus descripciones no están exentas de poesía, como el cielo que conversa con el lago.
Un fuerte abrazo, Marisol.
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