Hoy te escribo,
desde mi arquitectura de agua
empapada en la tempestad de tu ausencia.
Te escribo, desde el costado izquierdo
de mis ganas de amar.
El tiempo es de tormenta, que se levanta y se ensancha
en la proximidad de tu boca infinita,
y su extremo distal siempre tan cerca.
He tomado prisionero el vestido azabache de la noche,
para abrigar mis versos, y el eco del silencio que te habita,
difuso, distante y disonante.
Espíritu. Tú.
Ímpetu. Tú.
Clamor. Amor. Tú.
Todo lo abarcas tú;
depués, todo se acaba.
3 Estrellas iluminaron mi claro:
Has escrito un magnífico poema, Marisol. La primera estrofa es de una gran belleza, con metáforas originales y hermosas como "mi arquitectura de agua" y "desde el costado izquierdo de mis ganas de amar". También me parece muy destacable el primer verso de la tercera estrofa: "He tomado prisionero el vestido azabache de la noche", con una aliteración en -che que lo hace muy agradable al oído. El cierre es perfecto, en su declaración de amor y melancolía, y la esa estructura con repeticiones en forma de eco está muy cuidada.
En resumen, puedo decir sin temor a equivocarme que es uno de los mejores poemas que te he leído.
Un fuerte abrazo, Marisol, y no tengas tantas dudas sobre lo que escribes, porque escribes muy bien.
Cuánto amor en esa tormenta de sentimientos encarcelados, la ausencia hace diluvios del corazón, es hermoso Marisol.
Un beso desde España
( he leído las crónicas de tus viajes, y me has acercado a tu país y sus orígenes, me han encantado)
No me olvidé de tu recomendación de leer este diluvio concentrado en unas pocas lineas.Mucho en pocos versos.Tú.En tus escritos.Tú. Tu corazón.Un placer amiga.Muy bueno.
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