Te he amado tanto
que tuve que coserme un vestido de mentiras,
-de lindos estampados-
Y sé que te gustaba vérmelo puesto tanto como a mí.
A veces imaginaba las huellas de tu boca reposando en mi piel
y quise ser tu sombra,
refugiarme en la comisura de tus labios,
beberme la vida que tenías adentro,
dilatarla en mi vientre.
Seducir tus pensamientos.
Yo quería prestarme tu vuelo,
y descender en la horizontalidad de tu reposo.
...Y anhelé demasiado.
XXVIII ENCUENTRO DE POETAS IBEROAMERICANOS - SALAMANCA, ESPAÑA
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Si la vida, a mis doce años, era un despertar,
poco después, cuando descubrí la poesía, fue como regresar al vientre
materno:
un líquido amniótico...


