El cielo me mira con sus ojos azules,
a lo lejos, un pez –inocente de él- ignora el hambre de una gaviota
en ese mismo instante
un hombre desconoce el hambre del poeta.
La fuente olvida de repente la tristeza del agua,
que tras el sobresalto inicial, recobra la apatía
de su naturaleza sempiterna y su forma variable.
Unas gotas salpican,
el compás de sus saltos me repite tu nombre,
sus endebles deditos acarician mi rostro,
mi tristeza y la suya te miran
engarzadas en el alféizar de mis ojos.
No hay lugar para el llanto
-del agua o del poeta-
porque a nadie le importa.
5 Estrellas iluminaron mi claro:
Estás rotunda y contundente en tus sentencias, llora el poeta y llora el agua, unidos por la tristeza, hermoso desde la imagen que me ha encantado también, yo creo que sí que importa, lo que ocurre es que a veces el goteo: el compás de sus saltos me repite tu nombre, como bien sabras, fue una forma de tortura, me ha guatado mucho también el verso " engarzado en el alféizar de mis ojos" es precioso, aunque miren a través de la tristeza.
Un besito enorme Marisol
A mí también me ha gustado ese "alféizar de mis ojos", así como el verbo engarzar (que incluye dentro de sí una garza). Es curiosa la analogía que haces entre el agua y el poeta, con la tristeza como elemento catalizador. Como dice Isabel, la última estrofa es rotunda.
Un fuerte abrazo, Marisol.
Ya nuestros amigos te han dicho cosas maravillosas, no podrìa agregar nada màs, sòlo decirte que me encantò tu poema, sobre todo la tercer estrofa que además de triste me pareciò muy romàntica.
Besitos mi estimada amiga.
Intereante contenido.buenas imagenes de las cuales me quedó con"el cielo me mira con sus ojos azules"
Pero tu poema refleja el aire de tristeza del poeta
un saludo desde este rincón de letras
Publicar un comentario